Mientras él protesta porque su nombre sea bien pronunciado, la Falsa Alicia jamás lo llamará por su nombre. En vez de eso, decide llamarlo Blue Fucking Rabbit, creándole así un lugar en el país de las maravillas. Estos 15 minutos de fama lo hacen sonreír. Lo que no sabe, es que una vez terminado el tiempo, la Falsa Alicia probablemente regresará al White Rabbit (siempre lo hace). Y el Blue Fucking Rabbit será un bonito recuerdo imposible que concuerde con él (finalmente la que está escribiendo está historia soy yo).
El Blue Fucking Rabbit despelleja otros conejos con el único fin de seguir siendo el más guapo de su especie y que nadie le quite su coronita. Habla de selección natural, elimina a los rengos, a los ciegos, a los conejos viejos, pero también a los que recién entran al ruedo, a los adonis y a los bien parecidos. Los despelleja con un cortaúñas rosado, bastante aséptico y bonito como para levantar sospecha alguna. Luego los hierve junto a alcachofas durante 4 horas aproximadamente. Los restos de sus archirivales los entierra en su mata de ají.
Su dieta alimenticia se basa en moscas, caracoles y corazoncitos de pollo (le dice corazoncitos para simular ser dulce, pero se los come sin compasión). Y tiene una extraña suerte (gracias a sus 4 patas, tal vez 5).
Su superhéroe favorito tiene su mismo nombre (lo cual no es ninguna casualidad). Si la Falsa Alicia tuviera que adivinar cual sería su traje, apostaría por una lycra rosada eléctrica, con no muy sutiles corazones bordados en hilo fucsia (incluso plateado). Nada de capas. Y por supuesto un antifaz color negro.
Siempre usa las mismas palabras con su humilde servidora (y seguro que con casi todo el género femenino del que le interese algo); palabras como mamacita y bombón. Excepto con su chica favorita, su gata, la cual es mas conocida en el bajo mundo de sus cobijas, como la enana churra, o algo así. (Juro que cuando hablo de gata, me refiero a un animal de 4 patas y 9 vidas).
Tiene un espejo en su madriguera que hace ver mas guapo y flaco. Y el baño está mejor surtido que Fedco, además cuenta con la mejor toalla que haya probado en mi vida. Hedonismo puro. Y una vez aprendes que no tienes que esperar mas que eso de él, puedes trascender para tenerle un cariño que se parece a un cactus, aguanta mucho y no necesita ser regado todos los días.
Su hobby es mentir, pero parece que puede contestar sinceramente con solo pedírselo, y como su nombre lo indica (nada es gratuito), el Blue Fucking Rabbit puede comportarse como un cabrón, como un consultor de mercadeo, como una princesita o como un escritor. En este caso, no hace falta preguntar cual es su personalidad más recurrente.
Además de sus múltiples personalidades, nuestro querido conejo, es un digno jugador de ajedrez, el cual siempre juega en un tablero viejo y curiosamente rectangular (herencia de su abuela coneja). Digno porque jode a tu rey con elegancia, nunca tiene afán de comerse ficha alguna y prefiere tener todo bajo una baja tensión y una declaración de guerra continua que no se sabe cuando va a desatar. En cambio, cuando está pensando en como joderte a vos, no mueve muchas fichas, no las necesita. Es más básico, más directo y de paso, más previsible. El reto tal vez es menor, pero no por eso menos divertido.
Por último, pero no menos importante: lo más probable es que siempre tenga las uñas pintadas de un color más escandaloso que las de cualquier chica.
El Blue Fucking Rabbit despelleja otros conejos con el único fin de seguir siendo el más guapo de su especie y que nadie le quite su coronita. Habla de selección natural, elimina a los rengos, a los ciegos, a los conejos viejos, pero también a los que recién entran al ruedo, a los adonis y a los bien parecidos. Los despelleja con un cortaúñas rosado, bastante aséptico y bonito como para levantar sospecha alguna. Luego los hierve junto a alcachofas durante 4 horas aproximadamente. Los restos de sus archirivales los entierra en su mata de ají.
Su dieta alimenticia se basa en moscas, caracoles y corazoncitos de pollo (le dice corazoncitos para simular ser dulce, pero se los come sin compasión). Y tiene una extraña suerte (gracias a sus 4 patas, tal vez 5).
Su superhéroe favorito tiene su mismo nombre (lo cual no es ninguna casualidad). Si la Falsa Alicia tuviera que adivinar cual sería su traje, apostaría por una lycra rosada eléctrica, con no muy sutiles corazones bordados en hilo fucsia (incluso plateado). Nada de capas. Y por supuesto un antifaz color negro.
Siempre usa las mismas palabras con su humilde servidora (y seguro que con casi todo el género femenino del que le interese algo); palabras como mamacita y bombón. Excepto con su chica favorita, su gata, la cual es mas conocida en el bajo mundo de sus cobijas, como la enana churra, o algo así. (Juro que cuando hablo de gata, me refiero a un animal de 4 patas y 9 vidas).
Tiene un espejo en su madriguera que hace ver mas guapo y flaco. Y el baño está mejor surtido que Fedco, además cuenta con la mejor toalla que haya probado en mi vida. Hedonismo puro. Y una vez aprendes que no tienes que esperar mas que eso de él, puedes trascender para tenerle un cariño que se parece a un cactus, aguanta mucho y no necesita ser regado todos los días.
Su hobby es mentir, pero parece que puede contestar sinceramente con solo pedírselo, y como su nombre lo indica (nada es gratuito), el Blue Fucking Rabbit puede comportarse como un cabrón, como un consultor de mercadeo, como una princesita o como un escritor. En este caso, no hace falta preguntar cual es su personalidad más recurrente.
Además de sus múltiples personalidades, nuestro querido conejo, es un digno jugador de ajedrez, el cual siempre juega en un tablero viejo y curiosamente rectangular (herencia de su abuela coneja). Digno porque jode a tu rey con elegancia, nunca tiene afán de comerse ficha alguna y prefiere tener todo bajo una baja tensión y una declaración de guerra continua que no se sabe cuando va a desatar. En cambio, cuando está pensando en como joderte a vos, no mueve muchas fichas, no las necesita. Es más básico, más directo y de paso, más previsible. El reto tal vez es menor, pero no por eso menos divertido.
Por último, pero no menos importante: lo más probable es que siempre tenga las uñas pintadas de un color más escandaloso que las de cualquier chica.
*Parte de la colección del Bestiario personal.
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