19.1.12

Aqui se canta:

La ropa sucia que lavo en esta casa.

El mantra oficial es: "Me hará bien estar sola".  Me lo digo ya desde hace varios días, casi dos semanas.  Pero esta vez en serio, no como a finales de diciembre que lo pensaba pero no había la mas remota posibilidad de llevarlo a cabo, no quería, no hacía el menor esfuerzo consciente, porque en el fondo, estaba llevando toda la situación a ese punto de no retorno.  Yo no sé si es que no sueno muy convincente para mi misma, o si soy muy ingenua pensando que al menos debería estarme sintiendo un poco mejor dado que ya van un buen par de días y no como hoy, que no resistí más y al bajar del bus y caminar hacia mi casa, comencé a llorar.  Porque si, no había llorado, no como debería, no de manera visceral, desconsolada.  No, me estaba burlando de toda la situación, me reía amargamente del dolor, porque tampoco sabía que mas hacer (tampoco es que lo sepa en este momento pues).  Tener que levantarse todos los días y cumplir con un horario y de paso, hacer como si nada, no ayudan mucho a digerir las cosas.  Empecé a escribir un minidiario entonces, uno en el que voy contando los sentimientos del día, eso como terapia para ayudar a desahogarme en esos momentos en los que creo que no voy a resistir y voy a soltar toda la mierda justo en horario laboral.  Y entonces hago un recuento y me doy cuenta que paso de la tristeza a la rabia y luego otra vez a la tristeza y de vez en cuando, una pequeña sonrisa maliciosa (un poco efimera para mi gusto).  Un minidiario, secreto y privado, como un poco avergonzada de lo que siento, de lo que he hecho, de mis cagadas y mis contradicciones.  Pero tal vez hoy necesito venir aqui, dejarlo de manera pública, sacar mis trapitos al sol, finalmente este lugar siempre fue el lugar de mis dramas, solo que luego se diversificó en otras cosas más.

Sé que la situación en la que venia era insostenible, pero esta nueva que en teoria es mas sensata, no está siendo más fácil y agradable tampoco.  ¿Valdrá la pena esta decisión?  ¿Cuánto tiempo tiene que pasar para tener esta respuesta?.  Y mientras tanto, ¿quién me da el abrazo que hoy tanto necesito?.

16.1.12

Lecturas

-Aún así, dime quién eres.
-Una parte de aquella fuerza que siempre quiere el mal y que siempre practica el bien.

GOETHE, Fausto.

Y con esta cita empieza mi primer libro del 2012.

12.1.12


Soñé, que soñaste conmigo

Soñé, que estabas sola
Soñé, que me adorabas
Soñé, que me dabas bola…



Soñé que estabas ahi
Dando vueltas sin cesar
Soñé que me veias 
Con otros ojos, en otro lugar
Ay, soñé…

6.1.12

Shhh


El silencio del mudo, de ese que no puede hablar y lo dice todo a través de los ojos.  El silencio del muerto, él que se comunica a través de sueños e intentas recordarlo al despertar, pero las palabras ya se han ido.  El silencio del que cree que nadie lo escucha y por eso calla.  El silencio del que no tiene nada que decir.  Mi silencio, el voluntario.  Ese que se va llevando los días para no destapar lo que tienen para decirte.  Ese silencio que no confronta, porque tampoco te deja pensar en nada.  Es un silencio extraño, como un hoyo negro, porque no deja oír lo que otras voces en tu cabeza tienen para decir.

Y como todo ha ido llegando a su límite, algunos nombres se vuelven impronunciables, y ronda una reina de corazones, pidiendo la cabeza de alguien, no le importa de quien, pero debe haber una cabeza.   Hay algo de mi comportamiento (y de lo que siento) de estos últimos meses que es visto, incluso por mí a veces, como algo inmoral, imperdonable, inexcusable.  Pero también siento que hay algo natural, que el mundo no es blanco y negro y que el corazón puede ser profundamente misterioso con sus afectos.  A esa reina de corazones la veo casi a diario.  Me confronta, grande y poderosa y me dice: -¿Qué cabeza quieres para hoy?.  El tiempo se acaba pequeña Alicia y si no decides, decidiremos por ti.  No respondo, aunque sé que sus palabras son ciertas.  Te quedarás sin nada.  Y si, ese es uno de los miedos que me acompaña algunas noches, pero aún así, no logra que yo diga palabra alguna.  Siento que cualquier cosa que decida traiciona muchos sentimientos.  La vida es así, no puedes tenerlo todo.  La reina de corazones, no solo parece grande y poderosa, sino también muy sabia.

Y en medio de dos amores que no soportan más, la falsa Alicia los mira decir adiós, cada uno a su manera pero casi con las mismas razones.  No es un final feliz, pero desde un principio parece que era difícil que lo fuera.