26.4.09

Carta a Monstruo. Pt.1

Creería monstruo, que usted es el único que puede entenderme. No se si es la forma en que me mira o como su corazón late con el mio. Acelerado acelerado en las mañanas cuando despierto luego de soñar lo que sueño y bajar el pie izquierdo y darme cuenta que esta nueva realidad me es ajena e hiriente; y lento lento a eso de las 6 pm, cuando cae la noche y ambos sabemos lo que nos espera. Y si, no existe lugar alguno ahora donde pueda sentirme bien, me he despatriado y exiliado. Y no puedo sentirme bien en ningún lugar, ni retomando ni experimentando. No habría de decirle mentiras a usted, mi querido y desenfrenado monstruo, he deseado ser medio puta y malvada y cobrar un par de cuentas por ahí. Que si el espejito espejito andaba rencoroso y no mencionaba nada de mi belleza, busco en labios extraños oir lo que el fucking espejito se reservaba. Que si tocaba lucharsela distinto, pues presento mis uñas rojas al mundo, que ellas no comprenden tan bien eso de la energía cósmica y la paz y la tolerancia. Que si me van a meter cuentos, que sean bien metidos, ya sabe Monstruo como a veces puede ser la gente. Tendré cara de ingenua, pero por ahora prefiero las verdades bien cantaditas en tonos alto, que el "dedúzcalo por usted mismo porque no se como decirselo…." Y es que prefiero luchar contra mi ego a que insulten mi inteligencia. Y si aun así se prefiere la mentira, pues habrá que ser hábiles para darle dignidad a ella y que no sea descubierta de manera insoportable. Hacer de ella una buena verdad. Y que nadie se ampare, que nadie se resguarde. Y como la justicia divina es tan relativa, pues habrá que dejar el manto en casa. Y que si de víctima he pasado a ser la mala de la película, pues al menos intentaré ganarme unos buenos aplausos. Que se yo. Pero eso si te digo Monstrico, que basta de lamentos. Tal vez sea hora de sentarme con el conejo blanco de ojos rojos y conversar un poco. Basta de persecuciones y culpables. Puedo hablar con el conejito blanco mientras mi corazón malherido se rie de vez en cuando en espasmos de su patética suerte. Y es ahí, entre la risa y el sentimiento clandestino, donde las uñas rojas se ven mejor, mas expuestas, mas temblorosas pero decididas. I fly into the blue. Y si hay que cortar cabezas, prometo llevar mi canastita favorita y llevar la tuya a dar un paseo. A diestra y siniestra mi querido Monstruo, he deseado no estar aquí. No estar ni en los recuerdos, ni en las suposiciones, ni en la compasión. Que si me quiere o no me quiere entre esos pétalos violetas, pues que bien sabe una flor en ayunas. Que no espero que se resuelva por si solo, y aun así de esta boquita no saldrá nada que pueda despejar la suerte y el camino. Y si monstruo, siento atracción últimamente por cuentos que no me pertenecen, diseco mi vida mientras observo otras y de vez en cuando dejo rayones en paredes ajenas. Que tal vez me veo mejor que en unos meses, pero era de esperarse. ¿por que se sorprende el mundo? ¿que querían acaso? Mi risa engaña, pero también me libera. Y la tristeza, no es que haya desaparecido por ese extraño camino, ahí está, nos miramos al espejo todos los días y luego va y se enrosca, se queda en ese pedazo profundo de corazón que se otorgó a si misma y no sale mucho que digamos. Y parece ser mejor así, sin lágrimas para el público. Solo esa risa engañosa y eufórica. Y que decir de los sueños, siempre he creído que debería someterlos a una inspección.... 

Pero querido monstruo, no te asustes. Por alguna razón estas palabras jamas llegaron en su momento. Si bien, jamas pude rehabilitarme y ser de nuevo aquella que conociste y tuve que descabezar un par de conejos en el mientras tanto y desprecie el pasado para poder sostenerme en un presente, ahora en aquel bosque todo es mas tranquilo, pero sigo ocultando tanto..... los sentimientos, esos morbosos que no todos toleran, los pensamientos negros, los blancos y por supuesto, los azules. Si estuvieras aquí, te lo contaría todo. Tu, jamas me juzgaste. Jamas aunque me haya intentando comer tu mano aquella noche. Pero ahora no quiero decirle nada a nadie, solo los miro y que cada quien interprete lo que quiera de mis ojos. Yo que tanto tiempo me he esforzado con palabritas por darle orden a este imaginario, me he cansado de si me entienden o no, de si alguien cree que hablo de mi o de alguien mas, que importa si me disfrazo, que importa si disfrazo a otros con fragmentos de mi vida, o de ficción cualquiera. Solo a vos monstruo te contaría todo esta noche, porque las verdades ya no se lo que son, tampoco se si alguna vez lo supe.... Pero con vos eso jamas importa. 

Y si con esta carta, te llega mi cabeza, prométeme enviarla a Paris.

20.4.09

Amo a Nick Cave....

El jueves en la mañana, mientras se bañaba, Pascal recordó aquel sueño-pesadilla de la noche anterior y prefirió pensar que solo era eso. Odiaba saber que sus sueños eran predicciones, así que aunque le era inevitable soñarlas y le era a veces inevitable no recordarlas, se hacía la loca y conectaba pensamientos al azar. Que tenía que lavarse el pelo, que iría por aquel libro que siempre había querido, que hoy sería un día definitivamente de manzanas, pero no, el jueves no sería un día de manzanas, el jueves sería un día raro y Pascal aunque lo supo 6 horas antes, salió de casa sin darle mayor importancia al asunto y es que raro podrían ser tantas cosas…….

En el camino al trabajo el random musical de Pascal, decidió traerle a Henry Lee, Pascal sonreía, le encantaba encarnar a Pj Harvey y matar al chico con el lapicero y enviarlo a ese profundo pozo sin fondo, pero nada mas alejado de la realidad de Pascal, que tejía telarañas que no dejaban caer, que en vez de lapicero tenía en su mano una gelatina y que desde hace rato se había prohibido mostrar rasgos de locura ante el siniestro personaje.

En la noche, escondida en la cama de alguien mas, Pascal intentaba respirar profundo y dejar que la rabia saliera silenciosamente, que no causara estragos, que no dijera estupideces. Apagó la luz, escondió su cabeza entre sus brazos, frunció el ceño y se repitió constamente, no seas tonta, no seas tonta, no seas tonta…….. Pero nadie le hacía caso, ni el dolor de cabeza cedía, ni la rabia, ni siquiera la respiración se hacía mas profunda.

Nadie sabe con exactitud que pasó entre las 8 a.m y las 10 p.m en la vida de Pascal aquel jueves raro. Nadie sabe porque lloraba en la cama y hablaba cosas que a sus 17 años hubieran parecido mas normales. Nadie sabe porque su boca se hacía pequeña y solo dejaba escapar una tristeza que parecía un silbido. El chico la miraba, buscaba sus ojos y no pudiendo entender nada, le dio una manzana. Tal vez si sería un día de manzanas después de todo, pero Pascal insistía en dormir y dormir y dejar todo eso para otro día.

16.4.09

anatomicamente musical....

Love, etc. Su mano toca su panza, todo se agita, todo se mueve. Es el corazón-tripa que baila y como si no importara nada mas, hace ruidos escandalosos, desafina cada vez que intenta cantar y atropella al colon porque ahora quiere intentar bailar “hard jump”. Que mas da si se embriaga un martes en la noche…… que mas da si decide después solo comer gelatina de limón y coleccionar los feos muñecos que ahora vienen con su gelatina de la infancia (nunca será la misma ahora que es multivitaminica)…. Que mas da si ya no toma su medicamento y decide convivir con mas monstruos, bacterias y robots que en toda su vida donde cada año juiciosamente se purgaba para que jamás sucediera eso. Plasticine. Mis ojos vieron en los de él las mas hermosas mentiras que supo sostener durante tanto tiempo. Antes del mal de ojo, las lágrimas negras, la miopía y claro está, la ceguera. Su enfermedad era degenerativa, todos nos lo advirtieron y aun así, insistimos jamás en extirparlos. Que mas daba si invadía al cerebro, a la boca, la nariz puntiaguda. Jamás ibamos a decirnos en voz alta, que estaba enfermo. I bleed. Aquella hija de puta y su nariz enorme tenían su encanto. No respiraba bien y a veces solía roncar después de una película de terror. Pero esa manera de recostar la cabeza en el hombro y buscar instintivamente el olor del cuello y esconder ahí su enorme narizota (como si eso fuera posible) y decirte mientras tanto todas las barbaridades que en su estado de somnolencia no lograba filtrar su cabeza…… Pero era una hija de puta, y aquel día que la golpee, no paró de sangrar por 4 días. La sangre iba y venía y dejaba un rastro diciéndome clarito y con buena ortografía, que el hijo de puta era yo. Stinkfist. El dedo meñique de mi mano izquierda siempre acusó al dedo índice de mi mano derecha de oler raro. Siempre que el índice se perdía un rato y regresaba, el meñique anunciaba aquel aroma señalando al culpable. Las primeras veces, el índice solía sonrojarse, hasta que decidió confesar que ese olor era el hecho de estar enamorado. El dedo meñique jamás supo de quien.

2.4.09

White Rabbit.


Anoche el conejo blanco apareció. No tuve que seguirlo, él me siguió a mi. Me dijo que por favor lo encarnara por un rato y que de paso le prestara algo de ropa. El tenía algo que hacer y debía ir de manera discreta y conservadora, y es que está tan cansado de llegar a cualquier lugar y que todos lo señalen y que todos lo miren, oh conejito blanco, que esto, que lo otro, que si la reina de corazones…. es que ser del jet set del país de las maravillas no es tan fácil como todos creen, y es que yo lo sé, él es paranoico y no le gusta sentirse observado y que mas podía decirle yo a mi querido White Rabbit…….. tomé sus orejas, su nariz pequeñita y puntiaguda (me veía ridículamente con ella, porque detrás se escondía apretada mi nariz chueca y grande), tomé sus ojos rojos y le dí los mios, tomé algo de su blanca piel y le presté el poco maquillaje que yo tengo, le deje sus patas, porque esas son de buena suerte para él, y a cambio, le dí mi vestido de fiesta, ese que tanto le gusta y él se fue a hacer lo suyo y yo me quedé ahí, tomando vino, cenando con el chico de las maravillas que buscaba a la Falsa Alicia y solo encontraba al frente suyo, a este ridículo conejo blanco intentándole coquetear con una oreja chueca, medio borracha mientras culpaba al café de las vueltas que daba su cabeza.

1.4.09

Que tengas suertecita, fue lo último que le dijo Ana a Juanito Dientes Verdes el pasado martes. Lo dijo en tono casi apocalíptico pero ingenuamente, porque así era Ana, dramática como ella sola, y le gustaba decir ese tipo de frases al despedirse… Y Juanito, que no sabía discernir bien entre Ana La Loca y Ana La vidente, prefirió callarla con un beso, uno imaginario, porque Juanito Dientes Verdes, era muy tímido, tal vez por sus dientes verdes como su nombre lo indica o porque simplemente Juanito, le temía a Ana o no sabía besar, o porque era martes y el martes nunca había sido su día de suerte en sus 9 años de vida, y aunque Ana le hubiera deseado “suertecita” esta no era suficiente, bien lo sabía él. Así que el jueves, cuando Ana se intentó despedir con un: ay Juanito, llegarás tarde incluso al fin del mundo…….. Juanito decidió ignorar la cara de terror de Ana y decidió besarla antes que terminara la lluvia de sapos y ella pudiera irse a salvo a su casa.