23.11.10

agua pasó por aquí.

Llueve. Llueve todo lo que puede llover. Llueve de abajo hacia arriba y a los lados y no hay sombrilla que resista. El centro se nubla tanto a veces que casi no puedo ver a Monserrate y eso que se le siente tan cerca. Me mojo una y otra vez. Con felicidad pocas veces y con resignación otras tantas. Me sumerjo en charcos lentamente con miedo de encontrar una alcantarilla destapada y hacer parte de la leyenda urbana de caer por ahí y no volver a aparecer (un acto de desaparición triste y solitario). Siento mucho frío y recuerdo que mi espíritu es calentano…. Y aumentan las chaquetas (todavía no abrigan lo suficiente) y aumentan las capas de ropa como si fuera una cebolla ambulante. Pienso en lo duro que es ser habitante de la calle en una ciudad fría, los pequeños pueblos costeros deben ser tanto más generosos, pero supongo que capital es capital y hay tantos que prefieren estar aquí, que debe tener un misterio que yo no logro comprender.

Y tanto gris, me abruma un poco y mi ánimo se entremezcla con el cielo que debía tener algo de luz porque apenas son las 5, pero parece que fueran las 8 de la noche. Afortunadamente en estos tres últimos días se asoma un poco el sol y parece todo en una extraña calma, como el pequeño ojo de un huracán.

16.11.10

Have a lucky day........

Have a lucky day me decía siempre en las mañanas, después del beso de buenos días.  Y si, tal vez me sentía un poco afortunada, hace rato que sentía que la tormenta había pasado y que había aprendido algunas cuantas lecciones para no sentirme amenazada de nuevo cuando el siniestro personaje intentara joderme.  Por eso cuando me encontraba con él, sonreía bastante, me mostraba confiada, hablaba con dejo del pasado….. y claro está, nada de dramas, nada de revelar algún indicio de apego.

 Pero después de dos años de andar jugando con él, nos encontramos frente a frente, con verdades a medias y mentiras bien dichas; con revelaciones que una vez aceptadas resultan tan obvias; con confesiones que solo muestran la realidad de la condición humana; secretos dichos a otros a los gritos pero decididamente ocultos a quien involucra de una u otra manera.  Y después vienen las acusaciones, la rabia, la impotencia……. Después el desahogo, el alivio.  Y al final el sentimiento de no saber qué hacer con todo eso.