-Soy una chica ruda, se decía Julia mientras oia A Boy Named Sue de Cash. Lo decía con cierta melancolía. Pero le quedaba difícil siquiera parecerlo, con esa voz aguda y sus ojos aguados siempre que se ponía dura la cosa. Siempre andaba quejándose de su suerte, si era color rosa sacaba su marcador indeleble y escribía encima cuanta estúpidez se le ocurría hasta que todo se volvía confuso... que si todo parecía tranquilo, fingía remolinos emocionales y pretendía que todo el mundo tomara baños de mar al amanecer, y que de vez en cuando alguien actuara como si se estuviera ahogando.
A Julia le gustaba pensar que habría sido de ella en otras circunstancias, si en vez de ser venerada o querida, pudiera renacer. Mientras pensaba eso, adoptaba poses en el espejo, tomaba un cigarrillo y simulaba que todo le valía mierda. Le gustaba actuar, fingir que sabía nadar. Aunque cuando toda esta mierda llegó, ella fue la primera en ahogarse, pero antes de hacerlo, se aseguró de llevarse a la esperanza consigo. Julia nunca volvió a ser la misma después de aquel incidente, pero nadie lo notó hasta que dios le gritó a lo lejos que se estaba comportando como una perra y ella dijo que no, babe i´m on fire y que recordara que él mismo fue quien la hizo de un material inflamable y entonces en el fuego todo arde y se consume y a Julia le gustan las cenizas, le gusta ver como se las lleva el viento y a su vez, como es incapaz de llevarselas todas.
Las malas lenguas dicen que Julia está irreconocible. Que es un monstruo, que se ha llenado de odio. Y nadie entiende, nadie ve, nadie oye que Julia antes de incendiarse, estaba intentando sobrevivir. No tan digno como la gente quisiera tal vez, pero si tan real como pudo hacerlo. Y no supo que hacer con su pasado, y no supo que hacer con su dolor y no supo que hacer con la palabra futuro (que se le antojaba inexistente y dolorosa) y los sueños que también llegaban con esas predicciones fatídicas y decidió terminar el trabajo que alguien mas empezó y lo incendio todo en un solo acto, y de paso se incendió ella misma, tal vez por error o convicción, pero no hubo mas oscuridad, no hubo mas tinieblas, todo estaba azarosamente iluminado, encendido y a Julia eso le pareció hermoso.
A Julia le gustaba pensar que habría sido de ella en otras circunstancias, si en vez de ser venerada o querida, pudiera renacer. Mientras pensaba eso, adoptaba poses en el espejo, tomaba un cigarrillo y simulaba que todo le valía mierda. Le gustaba actuar, fingir que sabía nadar. Aunque cuando toda esta mierda llegó, ella fue la primera en ahogarse, pero antes de hacerlo, se aseguró de llevarse a la esperanza consigo. Julia nunca volvió a ser la misma después de aquel incidente, pero nadie lo notó hasta que dios le gritó a lo lejos que se estaba comportando como una perra y ella dijo que no, babe i´m on fire y que recordara que él mismo fue quien la hizo de un material inflamable y entonces en el fuego todo arde y se consume y a Julia le gustan las cenizas, le gusta ver como se las lleva el viento y a su vez, como es incapaz de llevarselas todas.
Las malas lenguas dicen que Julia está irreconocible. Que es un monstruo, que se ha llenado de odio. Y nadie entiende, nadie ve, nadie oye que Julia antes de incendiarse, estaba intentando sobrevivir. No tan digno como la gente quisiera tal vez, pero si tan real como pudo hacerlo. Y no supo que hacer con su pasado, y no supo que hacer con su dolor y no supo que hacer con la palabra futuro (que se le antojaba inexistente y dolorosa) y los sueños que también llegaban con esas predicciones fatídicas y decidió terminar el trabajo que alguien mas empezó y lo incendio todo en un solo acto, y de paso se incendió ella misma, tal vez por error o convicción, pero no hubo mas oscuridad, no hubo mas tinieblas, todo estaba azarosamente iluminado, encendido y a Julia eso le pareció hermoso.
2 comentarios:
burnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn
ya se quemó enterita.
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