8.
Juana
tenía serios problemas para definir que era el amor. Todos los significados que encontraba por ahí
o que le decían e incluso que intentaba armar le parecían que tenían casi todos
los mismos problemas: carecían de mística y ninguno explicaba el por qué de
aquellos síntomas que siempre venían cuando sentía que estaba enamorada. Ninguno.
Odió por ejemplo, cuando Camilo le leyó lo que significaba el amor para
la real academia de la lengua:
Amor.(Del lat. amor, -ōris).
1.
m. Sentimiento intenso
del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el
encuentro y unión con otro ser.
Insuficiencia repetía indignada. Y se enfurecía con Emilio cuando le decía que
el amor era como un contrato, y ella se negaba a tener un contrato con él, con
cualquiera. Se negaba rotundamente a
aceptar que el amor era algo así con un acuerdo voluntario entre dos (o más
personas incluso) que generaba derechos y obligaciones. Ah no.
¿Y dónde quedaba esa parte impredecible, ese pequeño azar de no saber de
quién se enamora uno? ¿Dónde queda eso
que no se puede controlar como el deseo y el dolor de panza y la euforia de
esos días y la tristeza desproporcionada de otros?.
Juana sabía que nada de eso estaría en la minuta ni en la
letra pequeña de un contrato.
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