14.8.12

O C H O


8.  

Juana tenía serios problemas para definir que era el amor.  Todos los significados que encontraba por ahí o que le decían e incluso que intentaba armar le parecían que tenían casi todos los mismos problemas: carecían de mística y ninguno explicaba el por qué de aquellos síntomas que siempre venían cuando sentía que estaba enamorada.  Ninguno.  Odió por ejemplo, cuando Camilo le leyó lo que significaba el amor para la real academia de la lengua:

Amor.(Del lat. amor, -ōris).
1.     m. Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.

Insuficiencia repetía indignada.  Y se enfurecía con Emilio cuando le decía que el amor era como un contrato, y ella se negaba a tener un contrato con él, con cualquiera.  Se negaba rotundamente a aceptar que el amor era algo así con un acuerdo voluntario entre dos (o más personas incluso) que generaba derechos y obligaciones.  Ah no.  ¿Y dónde quedaba esa parte impredecible, ese pequeño azar de no saber de quién se enamora uno?  ¿Dónde queda eso que no se puede controlar como el deseo y el dolor de panza y la euforia de esos días y la tristeza desproporcionada de otros?. 

Juana sabía que nada de eso estaría en la minuta ni en la letra pequeña de un contrato. 

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