16.8.12

N U E V E


9.

A pesar que sabía que su nombre científico era Dasyprocta fuliginosa, Camilo se dio cuenta que no tenía la menor idea de lo que era un ñeque. Por lo que había visto en imágenes bien podía ser uno más de la familia de los roedores o ser algún tipo raro de conejo, incluso medio ardilla.  Su abuela que lo llamaba así cariñosamente de niño, jamás se lo explicó.

Sacó su cuaderno y se puso a dibujarlo entonces y he aquí el ñeque de Camilo:



Y ahora los años cincuenta.


















Fuente: http://blogs.yahoo.co.jp/thatseurobeat/

14.8.12

De la década de los 40 en Japón con amor.

Chismoseando de link en link a veces uno encuentra cosas increíbles.  Así llegué a esta página http://blogs.yahoo.co.jp/thatseurobeat/ (gracias a esta otra http://50watts.com/)  que recopila avisos publicitarios de Japón en diferentes décadas.  Hoy les comparto algunos de los años cuarenta.










O C H O


8.  

Juana tenía serios problemas para definir que era el amor.  Todos los significados que encontraba por ahí o que le decían e incluso que intentaba armar le parecían que tenían casi todos los mismos problemas: carecían de mística y ninguno explicaba el por qué de aquellos síntomas que siempre venían cuando sentía que estaba enamorada.  Ninguno.  Odió por ejemplo, cuando Camilo le leyó lo que significaba el amor para la real academia de la lengua:

Amor.(Del lat. amor, -ōris).
1.     m. Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.

Insuficiencia repetía indignada.  Y se enfurecía con Emilio cuando le decía que el amor era como un contrato, y ella se negaba a tener un contrato con él, con cualquiera.  Se negaba rotundamente a aceptar que el amor era algo así con un acuerdo voluntario entre dos (o más personas incluso) que generaba derechos y obligaciones.  Ah no.  ¿Y dónde quedaba esa parte impredecible, ese pequeño azar de no saber de quién se enamora uno?  ¿Dónde queda eso que no se puede controlar como el deseo y el dolor de panza y la euforia de esos días y la tristeza desproporcionada de otros?. 

Juana sabía que nada de eso estaría en la minuta ni en la letra pequeña de un contrato. 

10.8.12

S I E T E


7.

Para Sofía el amor era una pequeña eternidad donde la persona sufre de trastorno de la personalidad, siempre de una manera diferente y siempre inimaginable.  Cuando se enamoró por primera vez en quinto de primaria, Sofía sufrió un trastorno del desarrollo de la coordinación: sus habilidades motoras se volvieron torpes e imprecisas, además de una leve dispraxia.  Perdió educación física durante los dos primeros semestres del año.  A sus 15 años cuando se enamoró de Felipe, llegó con ese amor el trastorno negativista desafiante; Sofía vivía en cólera, hacia una pataleta diferente cada día, peleaba con sus papás, desafiaba a sus profesores, se volvió rencorosa y vengativa, el romance duró tres meses.  A sus 21 con Rafael, fue el trastorno de movimientos estereotipados, no podía dejar de mordisquearlo, de besarlo y darle pequeños cabezazos para decirle cuanto lo quería.  A sus 26 con Esteban, llegó el trastorno por déficit de atención con hiperactividad y dejó de prestarle atención a todo excepto a él, andaba por ahí sin oír nada de lo que le decían, no podía seguir ninguna instrucción, perdía continuamente cosas y se distraía fácilmente por estímulos irrelevantes.  Otros días se despertaba y hablaba impulsivamente durante toda la mañana, respondía sin saber muy bien que le preguntaban, hacía girar una y otra vez la muñeca de su mano derecha y jugaba todo el tiempo con las pinzas con las que agarraba su pelo.  En los últimos años, Sofía le tenía pánico a enamorarse.  Por eso cambió los trastornos del amor, por los que le producían la nicotina, los ansiolíticos, los sedantes y la fenciclidina.

3.8.12

S E I S


6.

Juana y Sofía no se querían ni poquito.  Camilo quería a Juana pero adoraba a Sofía.  Sofía amaba a su perro.  Juana deliraba por Camilo.  Camilo fantaseaba con el pelo de Juana.  Juana miraba siempre muy seria a Sofía.  Sofía ignoraba la risa infantil de Juana.  Camilo a las dos les hablaba de cine.  Juana le escribía cuentos a Camilo.  Sofía le llevaba la contraria como nadie.  Camilo siempre las idealizaba y ellas siempre lo destrozaban. 

-Eso es el amor.  Pensó Camilo mientras su premio aún no llegaba.

2.8.12

C I N C O


5.

Mientras esperaba, Camilo pensó en Sofía y en que ya llevaban un par de días sin saber el uno del otro después del “incidente”.  Al principio Camilo pensó que la carta que le escribió esa tarde a Sofía, era un acto de justicia.  Era afilar las uñas y clavárselas, claro está, en defensa propia.  Y es que Sofía, podía ser en verdad horrible.  Su fealdad consistía en ser lo suficientemente egoísta para no quererlo como él la quería.  Eso era suficiente para convertirla en un esperpento.

Cuando por fin llegara su premio, Sofía sería la primera en enterarse… así lo decidió Camilo sin saber muy bien por qué.