2.
Esta vez Camilo,
subrayó del libro 5 citas que consideró le serían útiles en algún momento. Y es que las citas eran su obsesión. Se aprendía mínimo 2 al día y llevaba ya
alrededor de 2232 horas disfrutando de ese extraño placer. Sabía hasta ese momento 217 citas. ¿Qué hacía con ellas? Pues las iba soltando a diestra y siniestra,
en los silencios incómodos, en las conversaciones que se salían de tono, a los
que parecían tener un discurso y a los que no tenían nada que decir. Las decía mirando fijamente a los ojos, a
veces casi gritando, otras veces susurrando como si estuviera a punto de decir
un secreto, o con tono apocalíptico, ese era el favorito de Juana. Los temas de las 5 citas de ese mañana
fueron: deseo, destino, juventud, maldad y por supuesto, vicios.
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