De fantasmas.....

Los fantasmas son fantasmas hasta que te los encuentras y en vez de huirles, los invitas a tomar un café.  Entonces de repente, estás con alguno conversando, hablando de la vida, del presente, todo tan políticamente correcto, todo tan decente, porque es fácil dar un paso en falso, decir una frase inoportuna que recuerde la naturaleza de cada uno, de por qué ahora cada quien es innombrable (es que a su vez, uno es al fantasma del otro)…. Y si se rememora el pasado, que sea de manera educada, con guantes blancos.  No se puede abusar mucho de la situación, es solo un café.

Sienta bien sentir ese aire de normalidad que se respira mientras tanto.  Pero parece que soy ingenua cuando pienso que ese es un primer paso hacia algo más natural y tranquilo.  No es cierto, una vez llega la cuenta, y uno se despide, todo tiene que declararse otra vez “inexistente”, porque la gente siempre me dice que los fantasmas no existen, que solo están en mi cabeza y si, tal vez solo ahí están, pero basta eso para sentirlos reales en mi vida y seguirlos queriendo aunque nadie mas pueda verlo.