Mi querida Miranda, niñita estupida de respirar lento y pausado. Nadie piensa en el transcurso de los duraznos, ni en la abstención de los pies sobre aquellas hojas que siempre andas dibujando. Todos han pasado por ellas y nadie se ha preguntado si profana algo, si son indelebles o relevantes, reales o imaginarias, si son huellas o destierros. Apuesto a que vos si te preguntas ese tipo de cosas. Te lo preguntas tanto que apuesto que comienzas a creerlo preciado e importante para la humanidad. Y ni creas que puedes venir a despertarme una noche cualquiera y no esperar que esto apenas comience, así que puedes quitarte las manos de los ojos y seguir leyendo, porque sé bien que en este momento es lo que debes estar haciendo, acompañando ese gesto con aquella sonrisa que sueles hacerme que me perturba tanto.
Dime Miranda ¿aún quieres conquistar el mundo? ¿aún crees que tu boca es demasiado pequeña y por ahí no puede salir un desastre de tamaño digno? ¿aún ocultas en la oscuridad de tu cuarto a unos cuántos corazones rotos?. Al menos ya sabes niñita estúpida, que el mundo no se conquista tras esa puerta que decidiste escoger a pesar de todo. Esa que muy claro dice: Bienaventurados los hombres-cangrejo porque de ellos será el reino de los cielos. Y claro, vos no contabas con no ser hombre-cangrejo. Y por lo pronto te pareció muy fácil disfrazarte y ser uno de ellos.
¿Ahora cuál puerta deseas? ¿Crees que los números que acompañan sus nombres realmente significan algo? Tal vez si, tal vez no. ¿Te dice algo tener 21 años? ¿O haberte tropezado 124 veces? Seguro crees que si. Así como le ves significado al trascurso de los duraznos, a la lluvia color naranja, al solsticio de hombres solitarios que suelen acecharte y a las tardes mediáticas con esos corazones rotos. Te imagino haciendoles un zoom a ellos, permitiéndoles descubrir la parafernalia del dolor y la cicatrización. Esculpiendo en los bombillos, el nombre azucado de cuánto desconocido siempre recuerdas y luego ver las sombras de esos nombres enterneciendo las paredes-músculo de tu habitación y de tu mente, haciendo una proclama absurda del no-olvido de lo apararentemente no-trascedente. Es mejor que salgas, las calles están llenas de esa logia de gatos que tanto te gustan y sería mas provechoso que esas disecciones de las que luego te culpan.
Elige bien mi querida Miranda, tus puertecitas al azar. Deshace las dudas y permite que te abrace la realidad. Y que feliz serías entonces........ Si Miranda, lamento decirlo, los hombres-cangrejo solo hacen parte de tu mar de ensueños.
Con amor, Arándano.
Dime Miranda ¿aún quieres conquistar el mundo? ¿aún crees que tu boca es demasiado pequeña y por ahí no puede salir un desastre de tamaño digno? ¿aún ocultas en la oscuridad de tu cuarto a unos cuántos corazones rotos?. Al menos ya sabes niñita estúpida, que el mundo no se conquista tras esa puerta que decidiste escoger a pesar de todo. Esa que muy claro dice: Bienaventurados los hombres-cangrejo porque de ellos será el reino de los cielos. Y claro, vos no contabas con no ser hombre-cangrejo. Y por lo pronto te pareció muy fácil disfrazarte y ser uno de ellos.
¿Ahora cuál puerta deseas? ¿Crees que los números que acompañan sus nombres realmente significan algo? Tal vez si, tal vez no. ¿Te dice algo tener 21 años? ¿O haberte tropezado 124 veces? Seguro crees que si. Así como le ves significado al trascurso de los duraznos, a la lluvia color naranja, al solsticio de hombres solitarios que suelen acecharte y a las tardes mediáticas con esos corazones rotos. Te imagino haciendoles un zoom a ellos, permitiéndoles descubrir la parafernalia del dolor y la cicatrización. Esculpiendo en los bombillos, el nombre azucado de cuánto desconocido siempre recuerdas y luego ver las sombras de esos nombres enterneciendo las paredes-músculo de tu habitación y de tu mente, haciendo una proclama absurda del no-olvido de lo apararentemente no-trascedente. Es mejor que salgas, las calles están llenas de esa logia de gatos que tanto te gustan y sería mas provechoso que esas disecciones de las que luego te culpan.
Elige bien mi querida Miranda, tus puertecitas al azar. Deshace las dudas y permite que te abrace la realidad. Y que feliz serías entonces........ Si Miranda, lamento decirlo, los hombres-cangrejo solo hacen parte de tu mar de ensueños.
Con amor, Arándano.
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