31.8.08

B-SIDES de un viernes.

Wonderlust King, ¿do you love me?

En mi mundo imaginario, nada nos afecta. En mi mundo imaginario, tienes cola de dragón y azotas ciudades, y yo huelo a azafrán y salto como un grillo. En mi mundo imaginario, eres inescalable y yo vivo en candyland.

For now. Mientras todos los lovers se quieren enfrente a ellos y se les meten en todas partes y los dejan separados y solos a cada uno en un extremo del bar. Y no saben si exterminarlos a todos o reírse de esto, se comunican con señas y se dicen lo poco que nadie sabe de sus vidas y todos creen que están actuando, porque los gestos parecen exagerados, pero son solo suposiciones. Ahí entre esas señas, está todo lo dulce y lo rancio, los presagios y los pormenores que saben a soledad.

Y si, ahí estas en el fondo del bar. Y me dices de buen humor, como aquella canción, que busque tu piedad en el fondo del bar. Y yo te digo, no querido, hoy no estoy de humor. Y sonríes y yo sonrío. Y esa fue nuestra última conversación. Obvio que estoy mintiendo, obvio que hubiera preferido que fuéramos unos animalitos dulces y complacientes, de esos que se escabullen a tiempo cuando sienten el peligro, pero decidimos simular tener un rastro de humanidad malsana y jodernos durante varios meses todos los días. Obvio, que sigo mintiendo hasta ahora. Y sonríes porque mis mentiras te encantan, las celebras después de haber tirado durante toda la noche, te gusta que invente estas malas historias y que luego me largue. A mi me gusta buscar tu piedad en el fondo de vos, siempre es una búsqueda que me hace perder el tiempo, pero a veces no tengo en que mejor perderlo que comprobarme una vez mas mis teorías, las que también crees que son mentiras. Me gusta como nos dejamos rastros con migas de pan y a veces nos arrepentimos y corremos a comérnoslas y nos vemos en el suelo como cerdos, con la boca abierta y fingimos cualquier cosa diferente a lo que en verdad está sucediendo. No se porque también te quiero cuando eres un cerdo, tal vez porque sos mas bonito así que cuando intentas ser un principito clase media.

Mentir te hace feliz. Que te mientan, te vuelve amargo. Tu buena amiga, la ruleta rusa te va a traicionar así como vos algún día le enseñaste a hacerlo, en cambio a mi, ni siquiera me dejas acercar al gatillo. Me dices con voz de chico experimentado, que eso no es un "artefacto" para mi, que salude de tu parte a mis muñecas y te deje en paz. Te encierras entonces en el cuartito del reblujo de mamá, subes el volumen de la música muy alto y me haces jurar todos los viernes a eso de las 11 que no entraré jamás a ese cuarto si no sos vos quien abre la puerta.

Black Betty se ha tragado su globo de helio y ha muerto. Black Betty, oh, oh, Black Betty.

Hitler no tuvo nunca un pastor alemán. Hitler tuvo un bulldog. Era nuestro bulldog. El día final, papá Hitler me hizo escoger quien saldría del bunker para que entraramos nosotros. Justo antes de escoger me despertó el celular.

Ojo por ojo, diente por diente. Pensabamos que Juan no hablaba en serio y que eso de declararle la guerra a las palomas de Bogotá era solo una expresión, una forma de manifestar su odio por ellas. Comenzó a envenenarlas sistematicamente, pero desistió al sentir que se reproducían más rapidamente y que comenzaban a identificarlo a él como un enemigo innato y su techo comenzó a estar mas lleno de mierda y plumas todas las mañanas, y le mandaban palomas espías a observalo disfrazadas de palomas enfermas (que era la que mas repudiaba). Lo espiaban no solo en su casa, sino en el supermercado, mientras iba en el carro, mientras cocinaba para Anita, algunas de estas palomas eran palomas kamikaze y se estrellaban en su ventana a eso de las 3 a.m, provocandole las primeras veces pequeños infartitos a Juan. Se encerró entonces en su casa, dejó de contestar el teléfono, dejó de recibir visitas, dejó de cocinar y comía poco, lo que podía, lo que no requería mucho tiempo. Anita que fue la última en verlo, dijo que estaba flaco y anémico y que ella juraría ver indicios de plumas en su piel. Cuando Juan murió nadie se dio cuenta sino tres meses después cuando alguien notó que a cierta casa no le cabía una paloma mas. En su casa encontraron una máquina enorme, que según los papeles de Juan se llamaba el despalomadero. Le faltó una semana para estar terminada. Parece que iba a ser todo un éxito.

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