La que se enamora cualquier día de un aparecido, porque le habla de sus tennis blancos. La que arma castillos de naipes y los llama hogar. La que charla en secreto con sus fantasmas y que se debate entre presentarlos a la realidad o dejarlos inexistentes para ella. La que pide que la esperen aunque no sabe si quiere llegar. La que intentó tirarse por una ventana y ahora duerme tranquilamente enredada a un dragón. La que se obsesiona esperando palabras que no llegan y que cuando llegan, ya no son suficientes. La que incendia todo y se lamenta un poco, pero ya no llora.
El que aparece y desaparece a su antojo. El buen mentiroso. El que sabe andar por el borde. El que enamora con las historias de su feliz y misterioso mundo. El que sabe de antemano por cuál puerta va a escapar. El de la magia, el del truco inexplicable. Encanto, encantador. Supersticioso e impredecible. El que tiene paciencia eterna y llora penas ajenas que solo le duelen a pocos. El que lleva la buena suerte en el bolsillo derecho. El que se pierde en el mar y casa ajíes con plantas desconocidas. El aparecido que es miope y que cuando cae, cae de pie. Casi siempre. El aparecido que es tan intermitente como un simple cocuyo y que de día jamás lo ves.
3 comentarios:
El que te piensa y no lo dice...
El que ......
Creo que por ahora estoy un poco cansada de la gente que no puede decir lo que siente.
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