Se me olvidó por un momento la verdadera razón de lo que significa mi sistema digestivo en mi. Que si siento un vacio en el estomágo lo llamo gastritis y deduzco ligeramente que fueron las cervezas de la noche anterior. Me toma casi todo el día entender que me tratan de decir. Llega la noche y en un momento de intenso aburrimiento, como es esperar a que el horno cumpla la función debida, una voz me dice, vértigo..... y lo juro que en ese momento creí haberlo entendido todo. Rompo la idea romántica del corazón y recuerdo que el mio es mi estomago. Que mis tripas son mi alma. Y que cuando ellos quieren manifestarse, saben hacerlo a su manera. Vértigo. Ahí está, aun descubierto, se manifiesta mas fuerte. Yo respiro hondo, no llores Julianita...... disfrutá la sensación que de aqui nadie se va a caer. Y si nos caemos, recuerda muy bien, que lo que duele no es la caída es el aterrizaje y que en el momento de aterrizar, yo de alguna forma voy a salvarte. Esa es Angelita, la mas dulce, la mas alegre. Aparece de la nada, porque sabe bien que yo la he tenido alejada, escondida, hablando sus hermosos disparates a armadillos y demás. La he tenido alejada, protegiendola del siniestro personaje. Aunque ella, es la que ha podido enfrentarlo mas cariñosamente y lo ha hecho reir como rara vez lo ha hecho conmigo. Pero tengo una incapacidad de dejarla frente al monstruo de nueve cabezas, porque soy una maldita pesimista y creo que no va a salir con vida. Que si llora una vez mas, será por mi culpa y yo no puedo exponerla tanto. Esa es una batalla que me toca librar a mi. Que si destrozan a alguien, ella quede intacta.
Lobito, lobito, nos volvemos a ver la cara. Sabes muy bien que aun me sangran las manos y yo se perfectamente, que has llorado un poco al ver mis heridas. Pero si apareces no es para manifestar que has aprendido el arte de la compasión, sino que el arte de la guerra es el que mas nos gusta. Y que si las manos sangran, yo te hago bonitos dibujos en la panza. Y que si me muestras los dientes, yo voy a intentar contarlos uno tras otro, con el índice del miedo y los ojos mirando siempre al cielo. Y ya lo dijiste, no saldremos bien de esta. Pero es el vértigo y no puedo moverme. Y tu no te mueves porque quieres verme reir y yo puedo reir aun con el corazón destrozado. Supongo que aun no lo he perdido todo y que no debería tentar mi suerte. Ya está demostrado y comprobado que las cosas pueden ponerse cada vez peor. Que bien me quedó aprendida la lección, pero aun así no pienso retirarme, ni de vos siniestro personaje, ni de la cuerda floja, ni retirar ninguna de las esquirlitas de flores siempre violetas, que se caigan por si solas o se las lleve el viento o me las llevo conmigo y les cuento historias sobre los armadillos de angelita. Y que si esta es una jodida ruleta rusa, merezco salir con vida. Y a eso voy a apostarle. Y pretensiosa y tal vez estúpidamente ingenua. Pero si no es ahora que siento que hay cosas que pueden ser saldadas, tal vez no lo sea nunca. Mas que el miedo, es una reivindicación que no espero que me la de nadie, excepto yo. Y ese es el jodido vértigo, porque estoy poniendo en mis manos mi propia suerte. En las manos pequeñas y ensangrentadas de niña de 7 años que tengo.
Angelita dormí tranquila, que la alimaña ha regresado.
2 comentarios:
Niña multiple. Tambien esta la tercera persona, la narradora, la que relata y amarra los cabos.
preciosa voz, preciosa vos
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