23.6.08

el fin de semana

La agenda mental decidió dejar de salir tal como estaba planeada y permitió ser afectada por el clima, la casualidad, el incumplimiento, el azar y las ganas de abrir agujeros negros sin vocación alguna mas que ensuciarse las manos. Se hilaron eventos y personajes de manera impredecible. Viernes. Fidel no sale con nada y la Falsa Alicia se va a jugar ajedrez. Derrota vergonzosa en el primer juego, reivindicación en el segundo. Discusión sobre personaje belfo y pecoso. Y aparición de quien sería considerada desde unas horas después como mi alterego. Expedición por helado con chocolate caliente y huída al refugio a comer. Me quedó con el alterego mientras el punto en común se va a cumplir con su destino de dj a un bar que se nos escapa por presupuesto a mi alterego y a mi y descubrimos entre risas nerviosas que nos parecemos mucho mas alla que la greña y las cejas. Hacemos plan de chicas, nos maquillamos juntas y coincidimos en que los hombres que a veces se maquillan pueden ser lindos (no todos). Nos contamos uno que otro fetiche y acepto su invitación de seguir la noche en otro lugar. Llegamos a la casa mágica que me recuerda rituales africanos en blanco y negro, y que ahora sirve de fondo para una fiesta donde por casualidad voy a recordar que el mundo suele ser muy pequeño cuando se le da la gana. Y aparecen personajes y algunos rostros son conocidos y otros desconocidos, pero que estaban destinados a ser conocidos hace algun buen tiempo, como el chico que estaba destinado a ser mi vecino y yo cambié de planes casi a última hora. Buena música, buen baile y mucho whisky que se reproduce solo en un vaso rojo. Reencuentro a uno de mis chicos favoritos en esta ciudad. Me cuenta del discurso cristiano que se echó un antiguo compañero mutuo de trabajo en su despedida por su jubilación. Nos reímos, especulamos, nos tomamos algo y nos perdemos de nuevo (esa es nuestra dinámica). Sigue el baile, la charla, la casa mágica. Y cuando mi alterego pretende seguir la fiesta en otro lugar y yo digo que es suficiente para mi y que me voy a dormir, aparece alguien que debería estar en Medellín, pero manda un fantasma en su nombre para aparecer en la escena.

-Que no te busco, que te encuentro. Le dijo la Falsa Alicia al conejo azul disfrazado de conejo blanco a las 2 a.m. en el centro. Y que no te creo mucho de lo que dices, pero es divertido ver la expresión de la cara cada vez que dices todo eso, porque la verdad te ves muy sexy. Y que si te vas a aparecer no llegues solo. Chocolate para mi esta bien y no se te ocurra aparecer con pasas o con arroz con leche o con un postre de natas. Obviamente nos reímos, porque no existe la mas mínima intención de cumplir el deseo. Su hobby es tomar el sol on the rocks y mentir. Pero esta bien que te portes decente y que te preocupes que tome sola un taxi a esa hora y en ese lugar (porque hace rato no recordaba que era eso) y que me lleves a mi casa.

Sábado. 6 a.m. Abro los ojos y me emputo cuando veo el reloj. Quiero dormir. Lo logro de manera no muy contundente y ya a eso de las 9 a.m. estoy haciendo mi fotosíntesis con el periodico en mano. No encuentro alguna noticia que me haga feliz, así que a falta de noticias, música feliz. Una llamada a las 11. Es enfrentar todo aquello que hemos decidido dejar (porque esta vez es mutuo y lo sabemos). Me cuenta algo difícil de creer. El está triste y es inevitable, sentirme triste también por su suerte. Quedamos de encontrarnos en la tarde y hablar mejor. Me voy almorzar. Me atrapa la lluvia en aquel lugar, me acuesto a dormir con spiderman de fondo. Llega el momento. Verlo me cuesta. No estamos solos. Intento aprender a jugar cartas de Yugi-Oh, con un niño de 10 años, pero ese tipo de juegos ya trascienden mi inteligencia. Intento entretenerme entre esos juegos y videos de youtube. Pero me siento mal, me siento encerrada, siento que los cuentos siguen siendo los mismos y las prioridades. Mi alterego aparece y decido irme a encontrar con ella. Es lo mas saludable. Me despido, nos decimos unas cuantas palabras a solas, el amor sigue mutando y no se parece a nada de lo que antes haya visto. Seguro hace parte del bestiario de Jorge Luis Borges.

Sábado 11 p.m. Música gitana y Kusturica se porta como un buen anfitrión. Baile. Mas alcohol. Y estamos los conocidos y el bar esta semi-vacio, pero es perfecto. Aparecen mas casualidades, el mundo sigue siendo pequeño. Termino comiendo arepa en la casa de alguien a las 4 a.m. Y luego a las 7:15 a.m. me despierto y bang bang, he shot me down, bang bang, i hit the ground, bang bang, the awful song, bang bang, my baby shot me dow. Los domingos pueden tener esa cualidad melancólica desde tan temprano. Pero es una buena señal que no me enloquezca y que sobreviva a esas primeras 16 horas y que termine dibujando (lo de siempre) a eso de las 11 p.m. mientras teorizo sobre el siniestro personaje con mi lobo favorito.

Los lunes ya me duelen menos. Y hoy me he comprado un libro para aprender algo mas en mi futura disección de una mosca. Porque nada mejor que entender un poco de psicología invertebrada para el próximo encuentro.

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