12.10.14
Y si...
De repente, no supe que más decir e irónicamente pasaban tantas cosas mientras tanto. Terminé y empecé nuevos ciclos. En este año y medio de silencio, viajé como nunca lo había hecho antes. Logré (queriéndolo pero sin esperarlo) tener un espacio solo para mi. Y empecé a acumular impresiones, imágenes, historias y ahí están, solo que no sé como desempolvar este lugar sin hacer un recuento exhaustivo de lo que ha sido este tiempo. Tal vez lo mejor sea hacerlo sin mayores pretensiones. Tranquilamente, por pedacitos, por fragmentos, sin hilar y sin intentar remediar nada.
28.10.13
14.7.13
O N C E
11.
Si le
hubieran preguntado a Juana cuál era el “statu quo” de su vida, ella no habría
sabido que responder. Todo estaba
cambiando más rápido de lo que ella deseaba.
En los últimos meses, la vida le estaba exigiendo más y más, y ella más
desastrosa que hábil iba respondiendo, como podía, como le daba la gana, una
combinación entre torpeza, egoísmo e ingenuidad. Camilo siempre le celebraba el desubique a
Juana (tal vez porque así validaba su propio desubique). Le revolvía el pelo, la abrazaba bruscamente
y le decía que estaba chiflada con una gran sonrisa. Juana respiraba hondo, intentaba peinarse un
poco mientras lo miraba seriamente haciendo un gesto de desaprobación.
Camilo
era lo más cercano que tenía Juana en su vida a un oso grizzly. Uno brusco y juguetón. Y a veces agresivo y casi impredescible.
11.7.13
2.7.13
22.3.13
Julio Bittencourt
Julio Bittencourt
es un fotógrafo brasilero que con su serie de fotos de “Ramos” me mostró algo
totalmente diferente a lo que venía a mi cabeza cuando alguien hablaba de Río
de Janeiro y sus playas. “Piscinão de
Ramos” como se llama este lugar, es una playa artificial ubicada al norte de
Río de Janeiro, una gran piscina de agua salada construída como una solución
para que la población local pudiera disfrutar del mar sin la contaminación y
polución de las playas cercanas de la Bahía de Guanabara. Bittencourt retrata este lugar con todo su
colorido y particularidad.
19.3.13
2.3.13
Palabras.
Las que se dicen sin cuidado, sin temor. Las que esperamos oír. Las que les damos un valor creyéndolas
absolutamente “ciertas”. Las palabras
que exigimos a otros y que nos cuestan decirlas a nosotros mismos. Otras que no encuentran el camino y jamás son
pronunciadas. Palabras que llegan tarde
y otras que se precipitan y arrasan con todo.
Están las palabras amorosas, las que tranquilizan, las que revelan
secretos… a su vez están las necias, las rabiosas, las politicamente
correctas. Y entre todas esas, voy
buscando las precisas para expresar lo que debe ser expresado con todo el
cuidado y la seriedad que merecen nuestros afectos mas preciados.
26.2.13
14.2.13
8.2.13
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